Jonathan y Liz estaban sentados en la mesa cenando una lasaña, a sus pies estaba Garfield con cara de querer lasaña.
JONATHAN: ¿Quieres lasaña no?
GARFIELD: Sííí.
LIZ: Cariño, no es bueno que le des lasaña a Garfield, es un gato, no una persona.
JONATHAN: Ya sé que es un gato, pero pesa como una persona… De todos modos, tienes razón, no debería darle.
GARFIELD: Pero…
JONATHAN: Hoy tendrás atún.
GARFIELD: ¿Pescado? Puaj.
JONATHAN: Y lo que sobre a Odie, que los perros si pueden comer eso ¿no es así, Liz?
LIZ: Sí, pero aún así, los perros deberían comer comida de perros, o sea, pienso para perros.
JONATHAN: Eso es muy caro, le daré lo que sobre de lasaña.
GARFIELD: (Abrió los ojos como platos) ¡¿Qué?!
Odie se relamió los labios y Garfield lo miraba cruelmente, al poco rato, Jonathan y Liz terminaron de cenar y se levantaron.
JONATHAN: Liz, cariño ¿te vienes conmigo a comprar comida para perros y gatos?
LIZ: No, me encuentro un poco mal, iré a dormir.
JONATHAN: Como digas, Odie, Garfield, portaros bien.
GARFIELD: (Con cara malévola) No te preocupes…
Jonathan salió por la puerta y Liz fue a dormir a su habitación, cerró la puerta y Garfield se dirigió a la cocina. Allí, cogió una silla e intento alcanzar el tarro de azúcar, más tarde cerro ese armario y se dirigió a la nevera, ante la tentación de la lasaña, cogió el bote de miel y cerró la nevera. Unos minutos después esparció por toda la casa todo el bote de miel y luego comenzó a echar el azúcar encima de la miel.
UNOS MINUTOS DESPUÉS…
Jonathan entró por la puerta con dos bolsas con comida para mascotas, justo al poner el pie encima del suelo se quedo pegado y no se pudo mover.
JONATHAN: ¡¡Garfieeeeeeeeeeeeeeeeld!!
GARFIELD: Ups, parece que he manchado la casa. Jajajajaja.
ODIE: Jolín, ahora me pierdo mi programa favorito…
LIZ: ¡¡Jonathaaaaaaaan!!
JONATHAN: ¡¡Quéééééé!!
LIZ: ¡¡Que toda la casa está con miel y azúcaaaaaaaaar!!
JONATHAN: ¡¡Ha sido Garfieeeeeeeeeld!!
LIZ: ¡¡Maldito gatoooooooo!!
GARFIELD: Sí, encima ahora las culpas para mí ¿no? Sí me hubierais dado lasaña, las coas hubieran sido distintas, yo ahora me comeré la lasaña que ha sobrado, jajaja.
JONATHAN: ¿Y ahora que hago yo?
MARIO: Vecinito ¿quieres imitar el museo de cera? Jajaja.
JONATHAN: ¡Qué me he quedado pegado!
MARIO: Ah, por eso te digo yo siempre que limpies la casa… Si es qué…
JONATHAN: Ha sido Garfield…
MARIO: ¿Tú gato ha manchado toda la casa de esta cosa pegajosa? (Coge el dedo y lo pasa por encima del suelo) Puajj, que asco. Bueno, me voy. Chaoo.
JONATHAN: ¡¡Esperaaaa!!
MARIO: ¿Qué pasa?
JONATHAN: Dame una manguera, por favor.
MARIO: ¿Quieres ser bombero?
JONATHAN: Madre mía… ¡Dame la manguera de una maldita vez!
MARIO: Tienes que cuidarte esos modales ¿Eh?
Mario le da la manguera a Jonathan y éste comienza a mojar todo el suelo de la casa, Garfield se cruza en su camino y, para vengar todo lo que ha hecho, decide lanzarle un buen chorro de agua.
GARFIELD: ¡¡Ahh!! ¡Oye, ¿qué pasa que aquí no se puede comer o qué?!
JONATHAN: Maldito gato… Pobre Odie, lo duche ayer y mira como está…
GARFIELD: Ni que hubiera hecho ningún destrozo.
LIZ: ¡Cariñoooooo! ¡¡¿Quieres sacarme de aquííííí?!!
JONATHAN: Voy, voy. Sí lo sé, me hago bombero.
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