La Playa · Temporada 2 · Capítulo 9


Tras estar en el zoo, Luna cogió una infección y fue necesario ingresarla en un hospital.

Luna, José y Verónica desayunaban en la cocina con algo de prisa y, es que tras las vacaciones navideñas comenzaba el trabajo. 

JOSÉ: Bueno, me voy a llevar a Luna. Adiós (Da un beso en la mejilla de Verónica)
LUNA: Adiós mami, hoy tenemos examen de mates. (Le da un beso en la mejilla)
VERÓNICA: Adiós. (Les acompaña hasta la puerta y la cierra) Hala… otra vez sola en casa… Iré a visitar a los vecinos…

Verónica cogió una caja de galletas y se dirigió al chalé de al lado donde vivían Elena e Inés. Verónica llama a la puerta y Elena le abre.

ELENA: No, peluquería a domicilio no, gracias. (Le cierra la puerta en las narices)
INÉS: Pero cariño, déjale que entre. ¿No?
ELENA: Es que es una peluquera que se peina a sí misma… (Le susurra) Tiene el pelo a lo afro.
VERÓNICA: ¡Soy Verónica! ¡La nueva vecina! Hacer el favor de abrirme. Emm… ¡Traigo galletas!
INÉS: ¡¿Galletas?! ¡¡Abre!! ¡¡Abre!!
ELENA: Esta bien… (Le abre la puerta) ¿De qué son?

Almudena se despedía de Gonzalo, se iba a trabajar a su tienda de moda.

ALMUDENA: Hasta luego, cariño. (Le da un beso)
GONZALO: Hasta luego. Por cierto… ¿Qué querrás de comer?
ALMUDENA: Hoy comeré por ahí, tengo reunión con el director…
GONZALO: Vale, pues hasta por la noche.

Tatiana y Alfonso estaban en casa, aburridos.

TATIANA: Esto de estar jubilados es un aburrimiento…
ALFONSO: Y lo dices ahora, ¿casi 20 años después?
TATIANA: Es que… me quiero comprar un perrito.
ALFONSO: Y yo una pitón, no te jode…
TATIANA: No, que lo digo en serio, quiero un perro o un pato o un gato.
ALFONSO: ¿Recuerdas que soy alérgico a los perros, no?
TATIANA: Bueno, pues un gato.
ALFONSO: De verdad… que cansinidad de mujer… Me voy al centro a tomarme un café. Adiós, Tatiana.
TATIANA: Adiós, Alfonso.

Tatiana se quedó sola en casa, Alfonso se fue al centro a tomar un café.

ALFONSO: (Al camarero) Un chocolate con churros, por favor.
CAMARERO: No tenemos…
ALFONSO: Pues… Un café con leche.
CAMARERO: No tenemos.
ALFONSO: ¡Joder! ¡¿Pues que tenéis?!
CAMARERO: Nos queda Coca Cola y Fanta de naranja…
ALFONSO: ¿Eso se puede mezclar? Para hacer un cóctel de esos que están de moda.
CAMARERO: Poder se puede, pero luego tendrá una diarrea de más de un mes…
ALFONSO: Pues una Cocahína de esas.
CAMARERO: Se llama Coca-Cola.
ALFONSO: Pues eso.

Tatiana se encontraba en una tienda de animales.

TATIANA: Buenos días, me gustaría comprar un gato, sí puede ser de regalo.
VENDEDOR: Que saladas que soy las ancianas hoy en día… ¿Se ha tomado la medicación?
TATIANA: ¡¡Ohhh!! ¡Grosero! ¡Ya no compro más aquí!
VENDEDOR: Qué no mujer, que era una broma…
TATIANA: Tráteme de señorita, que yo lo valgo. 
VENDEDOR: Pues preséntese a ‘‘Tú sí que vales’’.
DIRECTOR: ¿Hay algún problema?
TATIANA: Sí, este hombre no para de decirme groserías. ¡¡¿Cómo pueden contratar a esta gente?!! Ni que fuera esto el casting de ‘‘Gran Hermano’’… Qué por cierto, es una mierda el casting que hacen, de ahí la broma que he hecho. ¿Me comprenden?
DIRECTOR: Por favor, señora, consulte con su farmacéutico y tómese las pastillas, que creo que se le ha olvidado tomárselas…
TATIANA: ¡Pienso denunciarles! ¡PIENSO DENUNCIARLES!

Verónica e Inés se encontraban en casa de esta última tomando café tranquilamente.

VERÓNICA: Me comentaron que esta urbanización estaba bien para niños, pero vamos, aún no he visto a ninguno…
INÉS: También decían que había conexión con el centro y sí, la hay, pero de casi una hora… Es una vergüenza.
VERÓNICA: Pero… ¿en verano se estará bien en la playa, no?
INÉS: Esta repleta de gente… Todo lo contrario a ahora, no hay ni dios, ni una tienda… ¡NADA! En verano hay gente por todos los lados… Y encima, las viviendas son caras, que cuando tenga 60 años aún la estaré pagando…
VERÓNICA: Pues vaya… Yo que pensaba que iba a ser una buena opción vivir al lado de la playa.
INÉS: Y lo peor… Se rumorea que van a traer durante un par de días un rodaje de una película de tiros, o sea que todo el puto día estará pum, pum, pum y catapum… Jajaja, me traeré una pistola de verdad y a ver quien se ríe…
VERÓNICA: (Le ríe la gracia) Ja… Ja… Jajajajaja.

Tatiana, enfadada por el trato recibido en la tienda, se dirigió a otra tienda de animales.

TATIANA: Hola buenos días, me gustaría comprar un gato.
VENDEDOR: Muy bien, pues serán unos 500 euros.
TATIANA: ¡Uy, que caro!
VENDEDOR: Pero son una monada, mire. (Le dirige hacia unas jaulas con gatos)
TATIANA: ¡¡Qué feos!! 
VENDEDOR: Sí quiere tenemos serpientes a tan solo 200 euros la unidad.
TATIANA: ¡¡Me gusta, me gusta!!
VENDEDOR: Entonces… ¿Cuántas querrá?
TATIANA: ¡Dos, por si se me muere alguna!
VENDEDOR: Pues serán 400 euros.
TATIANA: No me salen las cuentas…
VENDEDOR: Que sí mujer, 200 más 200 son 400.
TATIANA: ¡Tráigame una calculadora!
VENDEDOR: Voy.

Mientras el vendedor entró al despacho a coger una calculadora, Tatiana cogió las dos serpientes, las metió en una bolsa grande para que no se escaparan y salió velozmente de la tienda.

Acababa el día, y José y Verónica fueron a buscar a Luna al colegio.

JOSÉ: Mira, ya sale.
LUNA: ¡¡Hola mami!! ¡¡Hola papi!!
VERÓNICA: ¿Cómo ha ido el examen, cariño?
LUNA: Bien, solo me he dejado una pregunta.
VERÓNICA: Bueno, no está mal. Ahora nos vamos al Ikea que hay que comprar muebles para la casa.
JOSÉ: Sí, vamos a comprar el Izikichukilalia. Que parece que está bien.
VERÓNICA: Anda que ya les vale, podrían poner nombres más facilitos…

Tatiana estaba en casa, tumbada en el sofá. De repente, oyó abrir la puerta. Puso las serpientes por el suelo y Alfonso entró.

ALFONSO: Hola cariñ… ¡¡¡Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!
TATIANA: (Sensual) Hola guapo (Coge una serpiente y se la coloca en el cuello) 
ALFONSO: (Se sube a una mesa) ¡¿Pero qué…?! ¡¿Pero qué…?! ¡¿PERO QUÉ COÑO ES ESO?!
TATIANA: Son serpientes, ¿no lo ves?
ALFONSO: ¿Ser… ser…? ¡¿Serpientes?!
TATIANA: Sí, serpientes…



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