La Playa · Temporada 3 · Capítulo 19


Alfonso, Tatiana, Gonzalo y Almudena consiguieron sacar a Elena, Inés y Sara de la cocina, estaban todos aterrorizados.

ELENA: Buf, muchas gracias, casi explotamos de tanto comer…
TATIANA: Peor cuerpo se te quedará, mira, yo mismo me voy de gira y solo he comido un cochinillo en las últimas dos horas. ¿Cómo te quedas?
ALFONSO: ¡¿Gira?! ¡¿Te vas de gira?! ¡¡Y por qué no me avisas!!
TATIANA: Alfonso, voy a estar dos meses de gira con macizorros que bailaran a mi alrededor y rozándose contra mi cuerpo, pero yo te seré fiel y no pasara nada ¿eh?
ALMUDENA: ¡Ay que la Tati se ha hecho famosa!
TATIANA: Mi paso por “El Número Uno” ha sido el inicio de mi viaje hasta la cumbre musical.
ALMUDENA: Vaya, vaya…

Una asistenta social llegó al camping…

ASISTENTA SOCIAL: ¿Están por aquí los padres de Sara?
ELENA: ¡Sí!
INÉS: ¡Sí!

Unos minutos después, Elena e Inés llevaron a la asistenta social a su bungalow.

ASISTENTA SOCIAL: ¿Y este es el hogar de su hija? ¿Un bungalow? (Lo apuntó en una libreta)
ELENA: (Borde) Sí, ¿algún problema?
ASISTENTA SOCIAL: ¿Perdón?
INÉS: Nada, que si tiene algún problema con la silla, que ayer se nos derramó un zumo con vitamina a, b, c, d, e, f, g, h, i y totalmente natural. Nosotras cuidamos mucho a nuestra hija, ¿verdad Sara? (Nerviosa) Bueeno, ¿quiere un café? ¿un zumo? ¿un yogur con fibra? ¿con grumitos?
ASISTENTA SOCIAL: Antes de que me diga todo el surtido de lácteos y demás bebidas me gustaría preguntarles cuando les vendría bien para entrevistarlas. 
ELENA: Anda, que bien, ¿en qué cadena saldremos?
ASISTENTA SOCIAL: No precisamente, una entrevista para ver si podemos dejar a Sara con ustedes o como sus vecinos nos han dicho, llevárnosla de vuelta al orfanato…
INÉS: (Tragó saliva) A las 5 de la tarde, a las 5 nos viene bien que nos entreviste.
ASISTENTA SOCIAL: Bien, pues a las cinco de la tarde vendré a entrevistarlas. No falten, por favor.

Alfonso y Tatiana se encontraban en su bungalow haciendo la maleta cada uno por su parte, pues Alfonso no le dirigía la palabra a Tatiana desde que dijo aquello de la gira…

TATIANA: Alfonso, sé que esto es muy precipitado, pero yo necesito esto, de pequeña en vez de verme en una peluquería cortando pelos y enterándome de los amoríos del pueblo yo me imaginaba en un escenario cantando mis temas más variados.
ALFONSO: …
TATIANA: Va, Alfonso. Por favor compréndeme. No puedo irme sabiendo que lo vas a pasar mal…
ALFONSO: ¡Es que no quiero que te vayas! ¡Te quiero y me quiero ir contigo a Las Vegas a vivir nuestro amor! ¡¡Por favor!!
TATIANA: Perdón, el teléfono (coge su teléfono) ¿Sí? ¿Qué el avión sale en dos horas desde Zaragoza? Bien, pues estoy en Zaragoza en dos horas, hasta ahora. (Cuelga el teléfono) Alfonso, me voy. (Le besa)
ALFONSO: Si cuando vuelves no estoy, no te extrañes.
TATIANA: Alfonso, por favor, no me pongas en esta situación.
ALFONSO: Venga, vete ya, no sea que el avión salga y te quedes en tierra…

Tatiana cogió su maleta, abrió la puerta lentamente y le dirigió una última mirada a Alfonso, este le miró con tristeza, pues es lo que sentía, pero intentaba demostrar que no sentía nada… Tras esto, Tatiana salió por la puerta y la cerró.

ALFONSO: ¿Y ahora qué hago yo?

Mientras tanto, en el bungalow de Elena e Inés las dos estaban nerviosísimas, su hija podría dejar de ser su hija en cuestión de horas…

INÉS: Madre mía, ¿y ahora qué hacemos?
ELENA: A ver Inés, tranquilidad, mente fría. Tenemos que parecer la mejor familia, somos dos homosexuales, estamos en pleno siglo veintiuno.
INÉS: Ese no es el problema, el problema es que estamos más tiempo en las movidas del camping que con nuestra hija. 
ELENA: Bueno, pues vamos a ser las mejores madres lesbianas del mundo, por lo menos durante una hora…

Gonzalo y Almudena se encontraban en su bungalow.

ALMUDENA: Al final tanto que íbamos a salvar a Verónica y compañía míranos, aquí leyendo unas cutres revistas.
GONZALO: Pues oye, yo no me voy a quedar con los brazos cruzados teniendo en mis manos la vida de una loca, de una niña de nueve años y de un hombre que es influido por su mujer.
ALMUDENA: Sí, pues a ver por donde empezamos a buscar.
GONZALO: El hombre ese habló de un búnker, y eso no está en cualquier lugar… Eso está en un campo, sin nada alrededor. Y por aquí solo conozco… veinte como esos…
ALMUDENA: Espera, Gonzalo, espera. Él llevaba gotas de resina en la chaqueta y de esos veinte campos solo uno tiene tantos árboles como para andar manchado como él…

Eran las cinco menos cinco de la tarde, en el bungalow de Elena e Inés habían muchos nervios…

INÉS: (Andando en círculos) Madre mía, madre mía…
ELENA: Cariño, tranquila, seguro que va a salir todo a la perfección. Nuestro plan es ideal.

Sonó el timbre, Elena abrió la puerta y era la asistenta social.

ASISTENTA SOCIAL: Buenas tardes, vengo para la entrevista.
ELENA: Buenas tardes, pase a nuestra cama. 
INÉS: (Con una bandeja de bollos) ¿Quiere un bollo? A mí mujer y a mí nos encantan, aunque también tenemos unas almejas…
ELENA: Cariño, las almejas para cenar…
ASISTENTA SOCIAL: No gracias, con un café me conformo.
INÉS: ¡Marchando!
ELENA: Bueno, pues usted puede empezar con la entrevista.
ASISTENTA SOCIAL: Ya sabré ya cuándo podré empezar y cuando no…
SARA: Mami, me dejas ver la tele que “Bolloparty” va a empezar ya.
ELENA: Por supuesto hija, puedes ir al comedor del camping que tendrás la tele para ti solita.
SARA: ¡Gracias!
ASISENTENTA SOCIAL: Vaya, veo que su hija también está en su mundo homosexual.
ELENA: ¡Por supuesto que sí! Ha visto todos los capítulos de “Bolloparty”y de “Mujeres desesperadas”.
ASISTENTA SOCIAL: Pero si en “Mujeres desesperadas” no son lesbianas… 
ELENA: Da igual, el caso es que participan mujeres.
ASISTENTA SOCIAL: Ajá... Bien. (Apunta en la libreta)
ELENA: ¿Qué estás escribiendo todo el rato en esa libreta?
INÉS: (Con la bandeja del café) Bueeno, veo que todo va bien… Aquí tienes tu caf… (Tira a propósito el café en la libreta) ¡Ahí va! ¿Te he manchado la libreta?
ASISTENTA SOCIAL: ¡¿Qué si me la has manchado?! ¡Tenía pensado quitarles a su hija, pero visto esto aún lo tengo más claro?! ¡¡A LAS SIETE VENDRÁN A RECOGERLA!! (Sale por la puerta dando un portazo)

Alfonso estaba en su bungalow, sólo, junto a su álbum de fotos mirando las fotos de su boda con Tatiana en blanco y negro, su primera foto en color que se hicieron, la foto que hicieron a la casa de la playa antes de comprarla… Alfonso comenzó a llorar.

Mientras tanto, Gonzalo y Almudena iban corriendo por las montañas buscando ese búnker en el que podrían encontrarse los empleados del camping y la familia de Verónica.

GONZALO: ¡Almudena! ¡Mira! ¡¡ALLÍ!! (Señala un búnker)
ALMUDENA: ¿Pero y si no están allí? ¿Y si es una cosa de esas de ETA o de cualquier cosa peligrosa? Mira que hay que ir con cuidado, que sacan las escopetas y pim pam pum, todos muertos…
GONZALO: Claro, Almudena, claro. Como todo el mundo vive en un búnker, puede ser el búnker de mi prima Raquel ¡o no! ¡no! De mi tío José. ¡Venga por favor! 
ALMUDENA: ¡¡No!! ¡No!! ¡Mira! Está saliendo el hombre, y lleva a Verónica y Luna.
GONZALO: ¿Y José?
ALMUDENA: Lo habrá dejado con los demás… ¡Espera! Shh, que vienen. (Se esconden tras una roca)

NEMESIO: Os voy a llevar a la roca, estoy harto de que vengáis con jugarretas.
VERÓNICA: No, por favor, déjame con mi marido…
NEMESIO: Tú marido estará muy entretenido criando malvas… Jajajaja. (Se oye un disparo)
VERÓNICA: ¡¡¡Ahhhh!!! (Llora) ¡¡No!! ¡JOSÉÉÉÉÉ! (Se da la vuelta y mira fijamente a Nemesio) ¡Hijo de puta! ¡Eres un hijo de puta!
NEMESIO: Tranquila, aquí normalmente hay muchos cazadores, igual han salido a cazar, a tu marido… Jajajaja.

ALMUDENA: (En voz baja) ¡Mira! ¡No es un disparo! José, Raúl, Rafaela y Paolo están saliendo de ahí.
GONZALO: Ahora, solo falta que ellos nos vean, pero Nemesio no… 

Eran las siete de la tarde, la hora en la que la asistenta social venía a recoger a Sara, pero para no volver. Llamó a la puerta del bungalow de Elena e Inés y Elena les abrió la puerta.

ELENA: Son las seis y cincuenta y ocho ¡déjame disfrutar de mi hija los últimos minutos, coño! (Le cierra la puerta en las narices)
INÉS: Elena, no perdamos las formas…
SARA: Mami, ¿ya me llevan con mi nueva familia?
ELENA: Sí, pero cariño, no te preocupes (le cae una lágrima)
SARA: Jo, es que yo no quiero dejar de comer los bollos tan buenos que me haces Inés, y tampoco dejar las tortillas que hace Elena… 
ELENA: (Le dio la mano a Sara) Sara, te prometo que vas a estar lo máximo posible con nosotras, te iremos a ver todos los días y te meteremos los bollos en la mochila cuando vayas al colegio. (Llora) Pero Sara, nunca, nunca, nunca, olvidaremos aquel día en el que te conocimos en esa preciosa habitación rosa. Te quiero. (Le besa)
INÉS: Sara, parece que tu papi se ha puesto melancólico, jeje. Bueno, no sé que más decirte, sé que aún eres joven y que seguramente encontraras unos papis mejor que nosotras, pero la verdad es que seguro que en el tema bollería no me superarán… Já.
SARA: ¡Sois las mejores mamás del mundo! (Las abraza)

La asistenta social volvió a llamar a la puerta.

ASISTENTA SOCIAL: Seis y un minuto ¡hora de abrir!
INÉS: (Abre la puerta) Supongo que va siendo hora de que te vayas Sara…
SARA: Yo no quiero ir con esa bruja, tiene los pelos más feos que Verónica.

Los vecinos salieron de entre los árboles y arbustos de alrededor de la casa.

VERÓNICA: ¡Señora! ¿A dónde va usted? Queremos decirle que no puede llevarse a Sara, porque aunque hayan pasado apenas un mes la niña no va a encontrar una familia mejor. No va a encontrar a otra Elena tan borde, pero a la vez cariñosa ni a una Inés tan despistada, pero a la vez sensata. Por favor, haga el favor de volver por donde ha venido y así, no fastidiará la vida de esta niña, porque le aseguro que ella es feliz desayunando todos los días un bollo con su leche, comiendo unas almejas, cenando tortilla y viniendo al comedor reclamando la tele a las ocho de la tarde para ver un capítulo de “Bolloparty”, así que sí después de esto se lleva a Sara es que no tiene corazón y como ella ha dicho, una bruja con los pelos más feos que yo… 

ASISTENTA SOCIAL: La niña se queda.

Elena, Inés y Sara fueron a abrazar fuertemente a Verónica, José, Luna, Gonzalo y Almudena, pues les habían salvado de un desastre para ellas.

Tatiana se encontraba en el aeropuerto de Zaragoza, su avión estaba a punto de despegar. Tan solo quedaban cinco minutos, cuando de repente recordó viejos momentos con su marido… Cuando Alfonso le regaló un ordenador por su cumpleaños, cuando robaron el botín de “Atrapa un millón” y vivieron como reyes durante unos días o cuando ella le cantó su temazo sexy en la cama… Tatiana no podía soportar la presión, así que dio media vuelta y se llevó a todo el mundo del aeropuerto por delante mientras iba corriendo a coger el autobús que le llevaría de vuelta al camping.

No hay comentarios:

Publicar un comentario