La Playa · Temporada 3 · Capítulo 14


Almudena, Gonzalo, Elena, Inés, Verónica, José y Luna iban en un autobús rumbo a una estación de esquí…

VERÓNICA: ¡Almudena se ha cagao en el bote de Cola Cao!
ALMUDENA: Vaya viajecito nos está dando…
GONZALO: Que inmadurez… Me hubiera gustado verla de pequeña…
VERÓNICA: Almudena, tienes que contestar…
ALMUDENA: (Con desgana) ¿Quién yo?
VERÓNICA: ¡Sí tú!
ALMUDENA: ¡Yo no fui!
VERÓNICA: ¿Entonces quién?
ELENA: ¡Tú puta madre! ¡Os queréis callar de una vez! ¡Que tengo la cabeza como un bombo!
INÉS: A ver, esto con 9 años vale, pero con 40 que tienes ya…
VERÓNICA: Me gusta rejuvenecer… ¡Venga! ¿A quién le toca ahora?
TODOS: ¡Calla!

Alfonso y Tatiana estaban en las montañas, escondidos en una cueva.

ALFONSO: Pues hoy echamos la noche aquí…
TATIANA: Ay, qué miedo dormir aquí. Como nos aparezca una libélula o un saltamontes de esos yo me cago en todo…

Los dos escucharon un sonido alarmante… parecía de un oso…

TATIANA: ¿Qué ha sido eso?
ALFONSO: (Aterrorizado) Un… Un… Un oso…
TATIANA: ¡¡Ahhhhhhhhh!! ¡¡Un osooooo!! ¡Con lo buena que estoy me lo va a comer tó’!
ALFONSO: Uy, y a mí también, que soy muy guapo… Mmm… ¡¡Pero, espera!! ¡QUÉ ES UN OSO! ¡AHHH!

En una estación de esquí…

VERÓNICA: Au, me aprietan las botas. ¡Darme una talla más!
JOSÉ: Cariño, calla ya que nos está mirando todo el mundo…
VERÓNICA: ¡¡Otras botas por favor!! ¡¡Qué me duele el pie!!
SEÑOR: ¡Cállese ya loca!
VERÓNICA: ¡Loca tu madre, guapa! ¿José, me ayudas a ponérmelas?
JOSÉ: Venga, ¡empuja! ¡empuja!
VERÓNICA: ¡¡Ahhh, que se me queda atascado!!
JOSÉ: ¡¡Empuja!! ¡Empuja!
LUNA: (Sarcástica) Y salió el bebé…
VERÓNICA: Ya verás tu esta noche las agujetas…

ELENA: ¿Y tu porque no me habías dicho que te gustaba el esquí?
INÉS: Pues porque hace más de 20 años que no practico…
ELENA: Pero si la semana pasada lo hicimos…
INÉS: ¡Qué no práctico el esquí!
ELENA: Ah. ¿Me ayudas a ponerme las botas? ¡Qué no entran! ¡¡AHHHHHH!! ¡Me cago en el chino que parió a las botas!
INÉS: Venga cariño, ¡empuja! ¡empuja!
ELENA: ¿Asoma ya el pie?
INÉS: No, aún no. ¡Sigue empujando!
SEÑORA: ¡Oye, a parir se van a su casa, guarros!
INÉS: Qué le estoy poniendo las botas…
SEÑORA: Sí, sí…

15 mintuos después…

ELENA: Uy que empinado esta esto… Yo por aquí no me tiro.
INÉS: Pero si es una verde…
ELENA: ¡Aún así! Tú imagínate que me caigo, me viene a buscar un hombre médico, y con lo torpes que son, la ambulancia tiene un accidente. ¡No, no y no!
INÉS: Dame la mano.

Elena le dio la mano a Inés y fueron bajando poco a poco por la pista.

ELENA: ¡Ahh! ¡Qué me embalo! ¡Qué me embaloooooooooo!
INÉS: Cariño, déjate llevar por la nieve…

Alfonso y Tatiana estaban corriendo por las montañas, huyendo del oso…

ALFONSO: Pero… una cosa, Tatiana. ¿Estás segura de que nos persigue un oso? Es que aquí estamos huyendo pero no sabemos si nos persigue un oso… ¿No crees?
TATIANA: ¡Da igual! ¡Tú corre!
ALFONSO: Pues… como siga corriendo el corazón igual se me para, hacía que no corría tanto desde que robamos en Atrapa un millón

Se oye otra vez un sonido del oso, esta vez viene de más cerca…

TATIANA: ¡¡¡¡¡ Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!
ALFONSO: (Cae desmayado al suelo)
TATIANA: No… No… ¡No me dejes ahora con el marrón coño! Ahora te tendré que llevar en los hombros… Espera…

Tatiana se dirige hacia el pequeño lago que hay, coge un poco de agua y se la echa a Alfonso.

ALFONSO: ¡¡¡Ahhhh!!! ¡Se ha meado! ¡Se ha meado el oso en mi cara!
TATIANA: Tranquilo, que solo era agua… Es que te has desmayado y para llevarte a hombros… Como que no.
ALFONSO: ¿Y si vamos a la carretera a hacer autostop?
TATIANA: A ver si me van a confundir con una prostituta, que yo aparento cincuenta años eh…
ALFONSO: Treinta años, no te jode.
TATIANA: ¿Perdón?
ALFONSO: Nada, nada, que estas muy joven para tu edad…

Verónica, José y Luna estaban en la cola del alquiler de profesores…

VERÓNICA: Voy a colarme… (Pasa por la multitud de gente)
SEÑORA: ¿Tú otra vez? ¡Vuelve a la cola, como todo el mundo!
VERÓNICA: Señora, que voy a mear…
SEÑORA: ¿Oh, y encima me contestas? ¡Seguridad! ¡Seguridad!
VERÓNICA: Viejas…

Verónica entró al baño y volvió a la fila, esta vez en el segundo lugar de la fila.

MUJER: Oye, que aquí iba yo.
VERÓNICA: No, aquí voy yo, es que me había ido al baño, llevo ya unas horas…
MUJER: Sí, sí…
VERÓNICA: Que voy aquí, coño. ¡No me quites el sitio!
MUJER: ¡No me lo quites tú!
VERÓNICA: (Ve que es su turno) Eh… Eh…
TAQUILLERO: Rápido, que mire la cola que hay…
VERÓNICA: Dos para adultos y una para niña.
TAQUILLERO: ¿Cuántas horas?
VERÓNICA: Hasta que el cuerpo aguante.
TAQUILLERO: ¡¿Cuántas?!
VERÓNICA: Cuatro, cuatro horas. (Por lo bajo) Qué mala ostia, coño…

Alfonso y Tatiana iban en un coche…

CONDUCTOR: Y… ¿dónde quieren que les deje?
TATIANA: Pues… ¿Dónde vas tú?
CONDUCTOR: Yo, pues yo a la estación de esquí…
TATIANA: ¿Y eso qué es?
CONDUCTOR: Un sitio donde hay nieve para esquiar.
TATIANA: ¿Eso no está en el Himalaya?
ALFONSO: No le haga caso… Usted déjenos donde vayas tú, allí ya cogeremos el tren o el avión o lo que sea.
CONDUCTOR: Ay… menos mal que el Señor me dio paciencia…

Después del viaje, Alfonso y Tatiana bajaron del coche en una estación de esquí de los Pirineos…

TATIANA: ¡Uy, que frío hace aquí!
ALFONSO: Tatiana… estamos en la montaña, no va a hacer calor.
TATIANA: Ay, es verdad… Esto de vivir en la playa… Jajajaja.
CONDUCTOR: Bueno, pues son diez euros.
TATIANA y ALFONSO: ¡¿Qué?!
CONDUCTOR: Que es broma hombre… Pasen un buen día.

El conductor que les llevó hasta la estación se fue y Alfonso y Tatiana caminaron hacia la nieve…

TATIANA: ¡Ay nieve! ¡Hacía que no veía nieve desde que tenía diez años!
ALFONSO: Uy, pues entonces sí que hace tiempo… Jajajaja.
TATIANA: ¡Imbécil! Ay… que ilusión, ¡voy a tocarla! (Coge un puñado de nieve) ¡Uy, que fresquita! ¡Vamos a tirarnos con el trineo!
ALFONSO: Si tu lo dices…

Alfonso y Tatiana fueron hacia el alquiler de trineos…

DEPENDIENTA: ¿Qué querrán?
TATIANA: Un trineo.
DEPENDIENTA: ¿Para quién?
TATIANA: Para la Virgen del Pilar, no te jode... ¡Pues para nosotros!
DEPENDIENTA: Mmm… Discúlpenme pero, para montar en el trineo tienen que pesar menos de 30 kilos…
TATIANA: ¡Me estás llamando gorda!
DEPENDIENTA: No pero…
TATIANA: ¡Es que le voy a denunciar por insultarme!
ALFONSO: Vaya numerito que estás dando Tatiana…
TATIANA: ¡No es que ya vale! Vengo aquí tan feliz para tirarme por la nieve que desde los diez años que no la piso, me hace tanta ilusión, me trae tan buenos recuerdos con mis padres… Pero no, viene la dependienta esta y me dice que no… (Comienza a llorar)
DEPENDIENTA: Aquí tiene… (le da el trineo)
TATIANA: ¿Cuánto es?
DEPENDIENTA: Nada, nada. Usted váyase…
TATIANA: Gracias, no sé como agradecérselo (Sale de la tienda) ¿Has visto que fácil?

En el comedor de la estación de esquí se encontraban comiendo y conversando Elena, Inés, José y Verónica.

VERÓNICA: Pues no sabes tú las movidas en las filas… Aún así nos hemos ahorrado más de una hora de cola con mi mente privilegiada…
JOSÉ: Uy, sí, sí.
INÉS: ¿Y dónde tenéis a Luna?
VERÓNICA: Esta aprendiendo con el profesor que le hemos pagado… Se lo está pasando en grande.
ELENA: ¿Se sabe algo de la parejita feliz…?
VERÓNICA: ¿Almudena y Gonzalo?
ELENA: Sí… Almudena y Gonzalo… Qué asco les tengo.
VERÓNICA: Pues esquiando por las pistas…
ELENA: ¿Les dejamos aquí solos?
INÉS: Ay cariño, no seas así…
VERÓNICA: ¡¡Síííííííí!! ¡Les dejamos aquí y que se busquen la vida!

Alfonso y Tatiana entraron por la puerta del restaurante…

TATIANA: ¡Ay que calorcitoooo! ¡Qué bien que se está aquí!
ALFONSO: (Avergonzado) Pero no grites, que nos está mirando todo el mundo.
TATIANA: ¡Adorarmeeeeeeeeeee! ¡Adorarmeeeeeeeeeeeee!
CAMARERO: Podrían hacer el favor de callarse, estamos en un lugar público…
ALFONSO: Sí perdónenla, está emocionada, hacía más de 60 años que no veía la nieve…

ELENA: ¡¿Pero cómo nos habrán encontrado estos?!
VERÓNICA: Hala, éramos pocos y parió la abuela…
TATIANA: ¡Hola! ¡Venimos a comer con vosotros! (Tira la botella de vino)
JOSÉ: ¡Te mato! ¡Te mato! ¡Me cago en la tercera edad! ¡Qué costaba 100 euros!
TATIANA: Ay, no será para tanto… ¡He visto la nieve! ¡La nieve!

José, Verónica y Elena se abalanzaron hacia Tatiana…

ALFONSO: ¡¡Ahhhhhhh, mi Tatiana!
ELENA: Y ahora vamos a por ti…

José, Verónica y Elena se dirigieron ahora hacia Alfonso…

ALFONSO: ¡¡Ahhhhhhhhh, socorro, socorro!!

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